Open dark doors

Mejillas sonrojadas, desgana general, fuerza disminuyendo o tal vez aumentando en algún otro foco...no sabría como describirlo, es algo que, en general, supone malestar, ignorancia...¿indiferencia? Normalmente, no sienta bien, a no ser que el hecho de sentir un vacío en el interior te haga sentir bien, entonces, sin duda, es tu mejor momento, pero para los menos raros, o acaso, para mi, la rara, no resulta para nada agradable. Y lo malo no es el simple hecho de no sentirse bien, es el hecho de no saber por qué, de no saber en que derivará, las consecuencias que podrá suponer, las cuales según el contexto pueden ser demasiadas, algunas no deseadas o tal vez deseadas tan fervientemente, que te da miedo desearlas. ¿Dónde acabará esto? Es la misma pregunta que siempre me formulo, y que por unas o por otras, termina por no concluir, por el temor a lo que pueda pasar o dejar de pasar incluso. Es algo irrepetible, improvocable voluntariamente si así se pudiese llamar...Por ello lo que menos me gusta es lo que lo provoca y porqué lo provoca, además de la imposibilidad de poder enfocar ese vacío en una sola dirección, ya que una vez aparece se desata como un huracán en plena acción, no tiene límites no tiene sentimientos, arrasa con todo o todos. En definitiva, es algo por lo que no quiero pasar y que sin embargo paso, más frecuentemente de lo humanamente deseable, ¿Hasta dónde llegará?¿Hasta cuando durará?
El tiempo lo dirá si tiene un huequico reservado para mi.